SABER ESCUCHAR Y COOPERAR TOMA TIEMPO PARA DESARROLLARSE
Poner a prueba los límites no sólo es normal, sino crucial
Somos seres humanos, no robots. Queremos que nuestros hijos e hijas aprendan a pensar por sí mismos. Pero para desarrollar esta capacidad, los niños y niñas (e incluso los adolescentes) necesitan experimentar distintas maneras de pensar y comportarse para ver qué pasa. También tienen que tomar sus propias decisiones. A pesar de lo difícil que puede resultar para los padres y cuidadores, reconocer que se trata de una habilidad importante para el desarrollo puede ayudarles a entender lo que está ocurriendo. De este modo, los padres y cuidadores pueden aprender a manejar mejor estas situaciones y a enseñar nuevas habilidades.
Enseñe habilidades nuevas usando estrategias positivas y eficaces - Triple P le puede ayudar
Todos somos personas individuales
Todos admiramos al personaje de una historia que defiende lo que cree, lucha por su libertad y persigue su sueño. Pero nadie le pregunta a los padres de este personaje cómo le ayudaron durante la infancia. A algunos niños les gusta experimentar con diferentes comportamientos más que a otros. Por ejemplo, su hijo puede repetir deliberadamente la acción que le acaba de pedir que pare, sólo para ver qué pasa. Usted le acaba de pedir que no lo haga y lo vuelve a hacer, quizás incluso con una gran sonrisa. Incluso el niño podría tomarlo como un juego. Es un error tratar esta situación como si se tratara de un adulto que le está ignorando deliberadamente. En lugar de eso, piense en que usted le está ayudando a su hijo a descubrir lo que va a suceder después.
¿Qué han aprendido ya?
Ahora que sabe que está en medio de un experimento de comportamiento, pregúntese qué ha pasado anteriormente cuando el niño o niña se comporta de esta manera (no sólo con usted, sino con los demás). ¿Le dieron un sermón? ¿Una reprimenda? ¿Le vieron y le hablaron, aunque antes del incidente no le habían prestado atención? ¿Alguien se ha reído o ha grabado un vídeo para publicarlo en las redes sociales, o ha ofrecido una golosina para distraer o sobornar al niño? Aunque su hijo o hija no haya sido recompensado/acon un juguete o comida en una situación de este tipo, a veces los padres y cuidadores los recompensan sin darse cuenta prestándoles más atención cuando no hacen lo apropiado. Esta atención no tiene que ser necesariamente positiva. También puede convertirse en discusiones, peleas, regaños o la repetición constante de instrucciones.
Los mensajes contradictorios pueden enseñar la lección equivocada
Si no responde siempre de la misma manera cuando surge el problema, el niño o la niña puede no saber qué respuesta esperar. En otras palabras: su cerebro ha recibido una recompensa accidental, aunque venga en forma de atención negativa. Uno de los principios más conocidos del aprendizaje es que una recompensa accidental solidifica el aprendizaje de una nueva habilidad o comportamiento. Desgraciadamente, en este contexto, significa que estamos promoviendo los comportamientos problemáticos. Si los padres o cuidadorespermiten el comportamiento inapropiado de vez en cuando, aunque sigan esperando la cooperación de los niños, cada vez es menos probable que lo hagan.
¿Le están escuchando?
Si es usted padre, madre o cuidador/a, es posible que haya dicho lo siguiente alguna vez: "¡Por qué no puedes hacer lo que se te pide!" o "¡Ya te lo he dicho cinco veces!".
Aunque se trata de una situación común, resulta poco probable que decir esto cambie las cosas. Es posibleque sólo conduzca a más frustración entre todos los implicados. Puede dar paso a que los adultos griten y a que los niños/as aprendan a responder sólo cuando les gritan. Esto no es bueno para nadie. En cambio, le podría ser útil retroceder y pensar por qué está sucediendo todo esto, especialmente si ocurre con frecuencia.
Escuchar en lugar de oír
Para una minoría de niños y niñas, existe un problema adicional a la hora de seguir instrucciones verbales, y es que su cerebro simplemente no procesa la información de forma adecuada. Esto puede ocurrir incluso si el niño o la niña oye bien (aunque es importante asegurarse de que no sea un problema auditivo, especialmente si han tenido cuadros de infección de oído). Si cree que hay otros problemas que complican la situación, puede pedirle a un profesional que observe cómo interactúa usted con su hijo. Triple P también ofrece una serie de recursos y programas que pueden ayudarle con problemas como el trastorno por déficit de atención (que puede darse con o sin hiperactividad).
Sea realista
Los niños y niñas necesitan límites y reglas sencillas para su seguridad y para llevarse bien con los demás. Pero no es realista esperar que hagan siempre lo que se les dice. Sólo se convierte en un problema cuando ocurre con frecuencia, por ejemplo, cuando un niño o niña sigue menos de la mitad de las instrucciones. En este caso, es mejor obtener ayuda y apoyo desde el inicio para encontrar formas eficaces de cómo resolver el problema, en lugar de esperar a que empeore.
Cuando los padres o cuidadores tienen expectativas razonables, establecen límites justos y aplican consecuencias apropiadas, no severas o en forma de castigo, sino con el objetivo de enseñar la autorregulación, los niños tienen más probabilidades de cooperar y adaptarse bien. Con el tiempo, la crianza consistente, en que se mantiene la calma, permite que ellos y ellas aprendan a seguir las instrucciones, a llevarse bien con los demás, y a que sean capaces de pensar por sí mismos.