Testimonio de facilitadora: "Triple P no ha sido solo una posibilidad de apoyar a las familias sino también de ayudarme a mí"
Claudia García es profesora especialista en música y psicóloga escolar. Vive y trabaja en La Serena, donde ofrece apoyo a familias en temas de crianza, a través de metodologías Triple P, como parte de la iniciativa de Chile Crece Contigo – Subsecretaría de la Niñez, disponible de manera gratuita en 27 comunas del país. “He implementado el programa en la escuela donde me desempeño y también me ha ayudado con mis hijas, que presentan déficit atencional moderado, consiguiendo grandes avances”, relata. Aquí, su testimonio.
“Me acredité en las metodologías Triple P Estándar y Triple P Individual Breve. Atendí a un total de 14 familias en 2021 y este año pretendo aumentar el número. A fines del periodo pasado realicé una encuesta a los apoderados del Colegio Carlos Condell de La Haza, donde trabajo, y hay varios interesados para intervención en 2022.
Las intervenciones son muy amigables y el material, muy completo y lúdico. Adoro las hojas de consejo y la forma de implementar el proceso de autorregulación de la intervención, que permite a las madres, padres y cuidadores autoevaluar sus logros, conocer cómo están y a dónde van, valorando lo mejor que han podido hacer en sus experiencias parentales, además de hacerse conscientes de que pueden mejorar sus prácticas de crianza.
Desde mi rol como orientadora, puedo libremente intervenir en mi plan de gestión desde Triple P, buscando siempre el objetivo de ayudar a las familias a ser más felices, con niños más felices e integrados. Desde mi rol como psicóloga, me permite usar aún más un lenguaje adecuado para establecer vínculos afectivos y confiables con las familias y además articular con redes externas que necesitan saber que el colegio les brinda apoyo formativo y psicológico a las familias y a los estudiantes. Por mucho tiempo se dio importancia a la intervención de los niños, pero había una brecha enorme respecto a las familias. Hoy Triple P es reconocido en el colegio, hemos hecho publicidad, tenemos polerones que usamos que nos identifican, hacemos acciones sociales y velamos por el desempeño académico y formativo de los estudiantes.
Al principio, tuve que trabajar la resistencia de las familias, sobre todo cuando no teníamos la posibilidad de comunicarnos de manera presencial a causa de la pandemia. Las familias se desanimaban. Pero volví a prepararme con mis apuntes y con las coordinadoras del programa a través de los SAC (Sesiones de Apoyo entre Colegas, organizadas por Triple P). Así trabajé este desafío y pude apoyar a 3 familias de 5 que mostraban resistencia. En ocasiones, de noche realicé entrevistas con los apoderados porque llegaban tarde del trabajo. El sector donde me desempeño, llamado Las Compañías, es muy vulnerable (95 %) y existe un alto porcentaje de despreocupación de los padres, madres o cuidadores.
Muchas de las madres, padres y cuidadores que han participado del programa han sido las promotoras de Triple P, compartiendo con otras familias su experiencia. Ahora dedican más tiempo de calidad y cariño a sus niños y niñas, son familias más amorosas y felices. Practican mucho alentar, elogiar y aprovechar momentos oportunos de enseñanza, entre otras estrategias de crianza positiva. Señalan ser mejores personas y darse cuenta de los logros y de sus metas de cambio respecto a las conductas de sus hijos y las de ellos mismos. Otra cosa importante es que envían a sus hijos a clases en forma más permanente y mantienen bastante comunicación con el colegio. Ninguna de nuestras familias Triple P participaron en los actos de agresión al colegio.
“En casa de herrero, cuchillo de palo”
En lo personal, tengo dos hijas, de 21 y 14 años, ambas con déficit intelectual moderado y enfermedad crónica (epilepsia). Al principio, cuando estaba recién capacitándome en Triple P y no tenía la práctica que hoy tengo, no sabía qué hacer cuando había un comportamiento problemático. En casa mamá y en el trabajo psicóloga. “En casa de herrero, cuchillo de palo”, como dice el refrán. Comencé entonces a trabajar más estrategias de crianza positiva, como compartir más tiempo de calidad, más afecto, escuchar, ser un buen ejemplo, elogiar … Me dediqué a observar más a mis hijas y también a monitorear mis conductas y las de ellas. Llegué a la conclusión que mientras más las alentaba y elogiaba, más se generaban las conductas positivas en ellas.
Antes mi hija mayor me golpeaba, le daban diversas crisis. Se me arrancaba y se iba a la plaza, golpeaba a los niños, no escuchaba, totalmente ida. Respiré profundo y me dije si soy capaz de apoyar a las familias que tienen dificultades en la crianza, cómo no voy a apoyar a mis hijas. Así que después de aproximadamente un mes de aplicar todos los días las estrategias y sobre todo de autorregularme, evaluarme y observar mis logros, mi hija mayor comenzó a comunicarse conmigo, a acercarse para abrazarme, a decirme que me amaba, a escuchar cuando establecía reglas claras y adecuadas a su proceso cognitivo. Comenzó a interactuar con los niñitos de la plaza, a no golpearlos. Me emociono….
Triple P no solo ha sido una posibilidad enorme de apoyar a las familias sino también de salvarme a mí de la pena tan grande de ver a mis hijas con conductas difíciles.
La base de toda sociedad y el núcleo central del desarrollo de la vida de las personas, de los ciudadanos del planeta, es la familia. Desde los tiernos años, los niños aprenden de quienes los tienen a cargo. El Estado debería hacerse cargo de capacitar a más personas que tienen relación cercana con las familias. Todas las escuelas, los consultorios, los tribunales de familia y otros deberían tener acceso a esto. Se debe invertir en la base de la sociedad, que es la familia y los niños y niñas que saldrán de su nido.
Triple P debiera ser accesible para todos y en forma gratuita, ser difundido lo más que se pueda. Tengo el sueño de implementarlo en las localidades rurales y también de poder certificarme en Triple P Grupal para poder llegar a más familias. Espero algún día poder colaborar y poder contactarme con el profesor Matthew Sanders (fundador de Triple P) para agradecer el tremendo trabajo que ha llegado hasta la ciudad de La Serena de Chile, para ayudar a formar familias más felices y positivas”.