Es natural querer mantener a salvo a nuestros hijos. Incluso, a ciertos padres les gustaría proteger a sus hijos metiéndolos en una burbuja. Sin embargo, no siempre se puede proteger a los niños de todas las heridas y frustraciones. Por eso, es importante enseñarles a lidiar con estas experiencias. Los niños van a ser más exitosos si tienen las habilidades necesarias para superar estos desafíos y para manejar sus emociones.
El primer paso es de hacerle saber a los hijos que sentirse estresados, molestos o enojados es algo normal y saludable. También es importante ayudarles a entender que estos sentimientos son pasajeros.
En su caso como padre o madre, supongamos que su hijo esté enfrentando algo que lo hace sentirse ansioso, como por ejemplo, participar en su clase de educación física. La ansiedad puede ser tan severa que prefiera evitar asistir. La sugerencia en este caso es de incentivar a su hijo a que enfrente este desafío. Es más probable que surja la oportunidad si su hijo solicita su ayuda.
Si su hijo regresa a casa decepcionado, hágale saber que esto es normal. Poco a poco su hijo va ir aprendiendo que existen eventos angustiantes, pero que los puede superar.
Recuerde que usted es un modelo para su hijo. Si su hijo ve cómo usted habla y resuelve sus problemas, esto le dará la esperanza para superar los suyos propios. Su hijo sabrá que los desafíos se pueden superar y que las decepciones se pueden resolver.