Desde un juego de mesa hasta una sala de juegos, la resolución de problemas es una habilidad que puede ayudar a superar muchas situaciones complejas en la vida. Entonces, ¿cómo se le puede enseñar a un niño a que resuelva sus problemas?
Los niños necesitan practicar las habilidades necesarias para la resolución de los problemas. Esto lo pueden hacer a través de sus actividades como cuando están entretenidos en un juego imaginario con sus juguetes, construyendo algo con bloques o simplemente pintando. Este es el momento perfecto para que su hijo le muestre a usted lo que sabe y lo que puede hacer.
Este suele ser también un buen momento para motivar a los hijos a llegar a una solución y felicitarlos por sus esfuerzos.
Digamos que, en su caso, su hijo está armando un rompecabezas. Le pide ayuda para encontrar la pieza que le hace falta. En lugar de sólo dársela, usted podría motivarlo a encontrar la respuesta por sí mismo. Por ejemplo diciendo algo como: “¿De qué tamaño es la pieza que estás buscando?, ¿De qué color?” Y guiarlo hacia la respuesta.
Esto no sólo le enseña a su hijo los pasos para solucionar un problema, pero también le da el mensaje de que los problemas tienen soluciones. A su vez, él se dará cuenta de que es capaz de encontrar estas soluciones.
Crecer en un ambiente como éste ayuda a que los niños se sientan más seguros de sí mismos para abordar otros problemas en el futuro.