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Cómo manejar las pataletas: use estos consejos de la crianza positiva

Seamos sinceros, saber cómo manejar las pataletas es un desafío y por justa razón.

Pueden ser explosivas e impredecibles. Y si usted está cansado o estresado, parecen más difíciles de manejar.

Si usted es como muchos padres, madres y cuidadores, es difícil mantener la calma cuando ocurre una pataleta.

Es de beneficio recordar que las pataletas son algo normal en el desarrollo de los niños. Pueden ser tan cortas como de 20 segundos o parecer interminables, y son más comunes con los niños pequeños.

¿Así que cómo puede manejar las pataletas con más confianza y paciencia?

Veamos qué son las pataletas, por qué ocurren, y qué puede hacer usted para manejarlas.

¿Qué son las pataletas?

Las pataletas ocurren en distintas formas.

Pueden incluir el llanto (sin que haya dolor físico), los gritos, las patadas, el tirar objetos, el rodarse por el piso o incluso el dejar de respirar.

Algunas veces, las pataletas parecen surgir de la nada, mientras que otras, usted podrá notar las señales de que están a punto de ocurrir.

¿Por qué los niños pequeños tienen pataletas?

Todos nos frustramos o enojamos – es parte de ser humano.

Para los niños, especialmente los pequeños, las pataletas son una manera común de expresar las emociones fuertes.

Conforme van creciendo, el centro emocional en el cerebro sigue desarrollándose, lo que significa que están aprendiendo a controlar sus impulsos, comunicar sus necesidades y expresarse mejor.

Con frecuencia se molestan cuando:

  • Se les dice que “no”
  • Las cosas no salen como querían o esperaban
  • No pueden manejar las tareas difíciles
  • No tienen las palabras para expresar lo que desean o necesitan
  • Tienen hambre, están cansados, enfermos, estresados o sobre estimulados
  • Algunas veces, no hay una razón obvia para la pataleta

Así que la siguiente vez que se encuentre lidiando con una pataleta, trate de recordar que los niños no están haciéndolo deliberadamente para molestarlo.

Los niños están aprendiendo habilidades importantes como la resolución de problemas, seguir las instrucciones, esperar, llevarse bien con los demás, y expresar sus necesidades usando sus palabras.

También están aprendiendo cómo manejar las emociones incomodas.

Qué hacer cuando un niño tiene una pataleta

Mantenga la calma

No siempre es fácil mantener la calma cuando se tiene que lidiar con una pataleta, pero ayuda.

¿Por qué? Si levantamos la voz o nos enojamos en respuesta a una pataleta, añadimos una reacción intensa a las ya emociones fuertes de los niños.

Como ponerle leña al fuego, esto puede hacer que la pataleta se intensifique y dure más tiempo.

Durante los momentos de emociones fuertes, intente tomarse unas respiraciones profundas y hacer una pausa antes de responder. Cuando las cosas se sientan caóticas, trate de que su enfoque principal sea mantener sus emociones bajo control. Esto puede desescalar la pataleta.

Cada vez que mantiene la calma, ayuda a los niños a que aprendan a manejar las emociones fuertes dándoles un ejemplo positivo.

Manténgase firme con sus decisiones

Imagine que un padre y su hijo van de compras y todo va muy bien hasta que el niño ve un juguete pequeño que quiere.

El padre tranquilamente dice “no” y le pide al niño que ponga el juguete de regreso. El niño se rehúsa y empieza a llorar, patalear y a gritar. Eventualmente, el padre cede y le compra el juguete sólo para calmar la situación.

Lidiar con una pataleta sin ceder a los niños puede ser difícil. Sin embargo, ceder le enseña al niño que la pataleta es una manera eficaz de conseguir lo que quiere. Y si la pataleta funciona, ¡es más seguro que lo vuelva a hacer!

Antes de decir “sí” o “no” a la petición de su niño, tómese un momento para considerar si es algo razonable. Una vez que tome una decisión, manténgase firme.

Claro, es importante reconocer los sentimientos de los niños y explicarles por qué usted dice que “no” de manera cariñosa – “Yo sé que estás disgustado porque querías el juguete. Y no podemos comprar todo lo que queremos.”

Trate de ser breve. Mucha atención, explicación, razonamiento o consuelo puede tener el efecto contrario. El niño podría perderse la oportunidad de aprender a tranquilizarse por sí mismo.

Evite enseñar o razonar durante la pataleta

Cuando un niño está disgustado, enojado o frustrado, no es el mejor momento para enseñarle algo o razonar.

Por lo contrario, resulta mejor esperar hasta que todos estén más tranquilos.

Tenga una charla con el niño sobre sus emociones y cómo pueden reaccionar la siguiente vez.

Por ejemplo, “Yo sé que es difícil dejar el área de juegos cuando te estás divirtiendo tanto. La siguiente vez, tratemos de tomar unas respiraciones profundas y sacudirnos esos sentimientos de tristeza, y recuerda que vamos a volver a regresar.”

Como detener las pataletas

Ayude al niño a reconocer y expresar sus sentimientos

Detrás de cada pataleta usualmente está un sentimiento fuerte.

Hable con su hijo sobre sus sentimientos y enséñele a nombrar diferentes emociones – “Te vez triste. ¿Estás triste porque se quebró tu juguete?”

Hable sobre cómo todos tenemos emociones incomodas de vez en cuando como el enojo, el miedo, la tristeza o la decepción.

Hágale saber que está bien sentirse frustrado cuando no obtiene algo que desea. Hablen sobre cómo podrían reaccionar – “Es difícil cuando no podemos tener todo lo que queremos. Tomemos una respiración profunda y soplemos nuestra frustración hacia afuera.”

Muéstrele maneras para mantener la calma cuando el niño se sienta enojado o molesto como tomar respiraciones lentas y profundas o cambiar de actividad.

Hágale saber que aun cuando esté molesto o enojado, no está bien gritar o lastimar a los demás.

Cuando les ayudamos a los niños a entender y manejar estas emociones, las pataletas se vuelven menos frecuentes y menos intensas.

Se recomienda tener estas conversaciones cuando las cosas marchen bien y no cuando están surgiendo los problemas.

Tenga un plan

Planificar con anticipación por si se presenta una pataleta puede ayudarle a mantener la calma y estar más preparado, algo así como tener un paraguas de cercas por si llueve. Aquí le presentamos algunos consejos para considerar.

  • Guarde los artículos que no quiere que su hijo toque para evitar tener que decir “No” o “No toques” constantemente.
  • Tenga algunas reglas sencillas, consistentes y alcanzables. Esto ayuda a los niños a entender que se espera de ellos.
  • Trate de mantener la rutina habitual de sueño y comidas.
  • Cuando estén fuera de casa y su hijo pueda aburrirse o ser disruptivo, tenga algunas actividades a la mano para mantenerlo entretenido. Tenga en mente que el uso constante de los aparatos digitales para distraer a los niños de las pataletas está asociado con tener más dificultades con el manejo de las emociones.1
  • Si usted nota que está por comenzar una pataleta, algunas veces una distracción puede ser todo lo que necesita. Trate de cambiar de ambiente señalando algo interesante o cambiando de actividad.
  • Si usted sabe que ciertas situaciones tienden a desatar una pataleta, trate de pensar con anticipación. Por ejemplo, si el niño se pone gruñón cuando está cansado o hambriento, tenga algunos bocadillos o una actividad tranquila a la mano.

También ayuda platicar con el niño durante el día sobre lo que están haciendo y lo que pasará después.

Por ejemplo, imagine que está en el parque y ya es hora de regresar a casa. En lugar de decir “vámonos”, podría decir “en unos minutos vamos a empezar a empacar nuestras cosas y alistarnos para irnos.”

Entonces, cuando llegue la hora de irse, de un recordatorio. Por ejemplo, “Bien, es tiempo de decirle adiós al parque y regresar a casa.”

Esto puede ayudarle al niño a sentirse con más control y menos sorprendido con los cambios.

Motive el comportamiento que desea

Algunas veces, nos enfocamos en corregir la conducta inapropiada y nos olvidamos de apreciar y motivar el comportamiento que queremos ver.

La siguiente vez que vea a su hijo siendo acomedido, compartiendo o escuchando (o cualquier otra cosa que usted aprecie), dele un elogio descriptivo.

Poner atención y elogiar las cosas buenas que hacen los niños aumenta la probabilidad de que las vuelvan a repetir.

Las pataletas de los niños pequeños: cuándo preocuparse

Las pataletas de los niños pequeños son normales y forman parte de su desarrollo. Pueden empezar alrededor de los 12 meses y son más comunes con los niños de 2 años.

Los estudios han encontrado que los niños de entre los 3 a 4 años de edad tienen un promedio de una pataleta al día.2

Esta también es la edad cuando las pataletas empiezan a ser menos frecuentes - ¡Aguante sólo un poco más!

Cada niño es único y algunos tienen más pataletas que otros.

Con guía y apoyo, las pataletas se vuelven menos comunes conforme los niños aprenden a expresar sus emociones y deseos, y a resolver los problemas de otras formas.

Si está teniendo dificultades para lidiar con frecuentes e intensas pataletas o le preocupa la agresión, busque apoyo. Hable con su pareja, familia o amigos, o busque el consejo de su médico o profesional de la salud.

Cosas que mantener en mente:

  • A pesar de sus mejores esfuerzos, van a ocurrir las pataletas de vez en cuando. Recuerde: no tome la pataleta como algo personal, ya que esto forma parte del desarrollo de los niños. Trate de focalizarse en mantener la calma y guiar el comportamiento de su hijo.
  • Fomentar una relación positiva con su hijo le ayudará al niño a mejorar sus habilidades de regulación emocional.
  • Cuide de sí mismo. El cuidado personal puede marcar la diferencia en cómo maneja los altibajos de la crianza.
  • Con práctica y paciencia, usted puede guiar el comportamiento de su hijo y ayudarle a que aprenda habilidades de por vida.

Triple P Online le brinda estrategias eficaces para ayudarle a manejar las pataletas y otros desafíos de la crianza con confianza.

Referencias

1 Radesky et al. (2023). Longitudinal associations between use of mobile devices for calming and emotional reactivity and executive functioning in children aged 3 to 5 years. JAMA Pediatr, 177(1), 62.

2 Hoyniak et al. (2023). Developmental pathways from preschool temper tantrums to later psychopathology. Dev Psychopathol, 35(4), 1643.