Cómo dejar de gritarle a los niños: trate estas estrategias de crianza
La crianza algunas veces pone a prueba la paciencia. Pareciera que los niños ponen a prueba nuestros límites y que mantener la calma es difícil.
Tal vez les ha pedido repetidamente que dejen de hacer algo, pero no funciona.
En esos momentos, la frustración aumenta y termina por levantar la voz para hacer que le hagan caso.
Algunas veces, les grita a los niños desde otra habitación para obtener su atención, especialmente cuando está ocupado o cansado.
Si usted usa los gritos o vocifera para que escuchen su mensaje, puede ser el momento para replantearse su enfoque.
¿Está bien que los padres les griten a los niños?
En algún momento u otro, la mayoría de los padres levantan la voz. Sin embargo, si usted les grita con frecuencia a sus hijos para que hagan lo que les pide, va a notar que están ocurriendo las siguientes cosas:
- Sus hijos se desconectan. Esto ocurre porque se acostumbran a los gritos y esto ya no les impacta.
- Lo gritos también causan un ciclo en que se vuelve más y más complicado hacer que los niños cooperen. El padre grita y el niño no obedece, así que gritan nuevamente, y el ciclo continúa.
- Si está lidiando con una pataleta o un comportamiento agresivo, su primer instinto puede ser el de levantar la voz y enojarse. Pero nota que esto empeora la situación.
- Es posible que su hijo también le grite a usted y a los demás. Esto ocurre porque los niños aprenden rápidamente que gritar y vociferar son aceptables y empiezan a hacer lo mismo.
Gritar puede parecer una buena forma para que le escuchen porque se levanta el volumen.
Sin embargo, gritar contribuye a sentimientos de ansiedad, baja autoestima, confusión y tristeza. También causa efectos a largo plazo en la salud mental y bienestar de los niños.
También impacta a los padres.
Los padres que gritan o vociferan pueden terminar sintiéndose culpables por haber gritado. Los estudios demuestran que los sentimientos de vergüenza y pena que sienten los padres disminuyen su confianza en sus habilidades e impacta negativamente como se ven en su rol de padres.1
Así que, ¿qué puede hacer en lugar de gritarle a su hijo? Trate estas estrategias de crianza positiva.
En lugar de levantar la voz: haga una respiración lenta y profunda y tome una pausa
Cuando nos sentimos frustrados o abrumados, gritar se puede convertir en una respuesta automática.
Trate de estar consciente de las señales de que su frustración está aumentando y tómese un momento de pausa para resetear antes de reaccionar.
Esto le ayudará a que estos sentimientos intensos sean menos abrumantes.
De ser necesario, tómese un pequeño descanso de la situación y regrese una vez que se haya tranquilizado.
Cuando hable con los niños trate de estar cercas. Use un tono de voz claro y calmado. Esto ayuda a que ellos escuchen y cooperen.
Al llevar un control de sus respuestas emocionales, usted les da un buen ejemplo a los niños. Ellos aprenden mucho viendo cómo usted maneja el estrés.
Les grita a los niños: pare los pensamientos y reacciones inútiles
“Ellos NUNCA hacen lo que les pido.”
“¡Yo no puedo lidiar con esto!”
Cuando se encuentre en una situación estresante, los pensamientos y reacciones negativas pueden fácilmente apoderarse de su mente.
Culparse a sí mismo o a los demás, sentirse abrumado y que no puede afrontar.
En lugar de dejar que estos pensamientos le hagan sentirse más estresado, piense en algunos pensamientos de afrontamiento que lo ayuden a tranquilizarse.
Los pensamientos de afrontamiento son afirmaciones positivas que le recuerdan que usted puede manejar la situación y sus emociones. Los puede usar en cualquier momento, ya sea cuando está alistando a los niños para irse a dormir o cuando es hora de salir rumbo a la escuela.
Aquí tiene algunos ejemplos de pensamientos de afrontamiento:
- Gritar o vociferar no ayuda, sólo empeora las cosas - ¿Qué cosas útiles puedo hacer en su lugar?
- Me estoy sintiendo estresado –es normal- pero yo puedo afrontar este sentimiento.
- Sólo tengo que tomar un momento para respirar.
- Lo logré -pude lidiar con esto tranquilamente y me sentí más cómodo que la vez anterior.
- La siguiente vez voy a intentar mantener la calma y no dejar que las cosas me molesten.
Tal vez quiera anotar algunas de estas para que leerlas cuando sea necesario.
Manejar su propio estrés: una estrategia clave de la crianza positiva
Gritar o vociferar es una señal de estrés.
La vida familiar es atareada. Los niveles altos de estrés suelen hacer más difícil mantener la calma y consistencia con los niños.
Trate de buscar formas para disminuir su carga laboral. Compartir la responsabilidad de los quehaceres y el cuidado de los niños con su pareja u otros miembros de la familia es de gran ayuda.
No tenga miedo de decir educadamente que “no” cuando los demás le pidan que haga demasiado. Algunas veces la presión de ser el padre “perfecto” hace que nos sobrecarguemos de actividades y responsabilidades.
Trate de encontrar un “tiempo para mi” todos los días. Esto puede ayudarle a lidiar con los altibajos más positivamente.
Si tiene pareja, platiquen sobre cómo manejar la frustración y el estrés juntos como familia. Si su pareja también les grita a los niños talvez sea tiempo de plantearse un nuevo enfoque juntos.
Si usted, su pareja o el comportamiento de su hijo es una preocupación para usted, está bien buscar ayuda. Tome acción y busque ayuda, en lugar de esperar a que las cosas cambien.
¿Les grita a los niños? Trate reglas y rutinas consistentes
Unos cuantos ajustes a su estilo de crianza pueden marcar la diferencia. Aquí tiene algunos ejemplos:
- Trate de establecer algunas rutinas nuevas como preparar las mochilas la noche antes de ir a la escuela. Es un pequeño paso que marca la diferencia.
- Tener reglas claras y consistentes le ayudará a sus hijos a entender qué se espera de ellos y a que cooperen más.
- Note las cosas buenas que hacen sus hijos y deles elogios descriptivos. Por ejemplo: ”Noté que hiciste un buen trabajo tomando una respiración profunda e intentándolo de nuevo, ¿Cómo te sentiste está vez?” o “Gracias por alistar las cosas está mañana. ¡Fue de gran ayuda!” Esto incrementa la posibilidad de que el comportamiento positivo se vuelva a repetir después.
- Encuentre momentos breves para cultivar la relación con su hijo. Una relación fuerte ayuda a los niños a que desarrollen valiosas habilidades como la autorregulación, el escuchar y cooperar.
Yo le grito a mi niño y me siento horrible: ¿Ahora qué?
Si levantamos la voz, gritamos o vociferamos, es una buena idea tomar responsabilidad y hacerle saber al niño que seguirá trabajando en mantener la calma en el futuro.
Una simple disculpa les enseña a los niños que está bien cometer errores. Les hace saber que es importante tomar responsabilidad de sus errores y de intentar hacer las cosas mejor.
Por ejemplo – “Siento mucho haberte gritado. No está bien gritar. Yo pude haber tomado unas respiraciones profundas para calmarme. Voy a seguir trabajando en mantener la calma en el futuro.”
Los niños aprenden mucho de los adultos importantes a su alrededor, especialmente cuando se trata de manejar las emociones y el estrés.
Cuando las cosas estén tranquilas (y no en medio del problema), hable con su hijo sobre el manejo de los sentimientos.
Usted le puede decir que está bien sentirse molesto o enojado, pero que gritar o vociferar no es una buena manera para expresarse. También pueden hablar sobre técnicas para calmarse como la respiración profunda o hacer una actividad diferente.
Si gritar se está convirtiendo en un patrón, usted puede cambiar esto con el tiempo y la práctica. No se dé por vencido y siga intentándolo.
Si los sentimientos de ira lo están controlando…
Si le preocupa el impacto que gritar, vociferar o levantar la voz está teniendo en sus hijos, busque apoyo de su pareja, de un amigo de confianza, de un miembro de la familia o de un médico.
La ayuda está disponible y algunas veces platicar con alguien más es el primer paso para hacer cambios positivos.