¿Cómo quitar la lucha del comportamiento agresivo?
Cuando un hermoso bebé repentinamente se convierte en un pequeño que muerde, golpea y es agresivo, puede llegar a ser confuso, confrontador, vergonzoso e incluso un poco aterrador.
Además de preocuparse por el comportamiento de su hijo, o incluso de ser golpeado o pateado, también puede que tenga que lidiar con las reacciones de otros adultos, como:
- Desacuerdos entre los padres sobre cómo lidiar con tal comportamiento
- Notas o comunicaciones desde la guardería o la escuela
- Confrontaciones con otros padres si sus hijos han sido lastimados por el suyo.
Incluso puede llegar a pensar que no logra lidiar con el comportamiento de su hijo, o que no conoce a nadie más que parezca tener este problema. Es posible que se pregunte si las cosas van a empeorar a medida que ellos crecen.
Pero en realidad, un gran número de niños empujan, golpean o actúan agresivamente, y esto puede incluso ser un patrón de comportamiento con una base biológica o evolutiva. A veces, estas particulares conductas infantiles ocurren más a menudo cuando los niños son pequeños y están experimentando diferentes formas la interacción con los demás.
Dependiendo del tipo de respuesta que obtengan - el juguete de otro niño que quieren, de la reacción que generen de un adulto, que la otra persona se retire- pueden, incluso, estar aprendiendo que la agresión física es una forma de controlar a otras personas. Si al comportarse agresivamente obtiene lo que quiere, entonces el niño lo verá como un método efectivo. Y estarán siendo recompensados accidentalmente por seguir con el enfrentamiento.
EL ENOJO ESTÁ BIEN, LA AGRESIÓN NO
La ira es un sentimiento común y todos nos enojamos de vez en cuando. Lo que los niños necesitan entender es que está bien enojarse, pero que no es correcto morder a la madre cuando se está en el centro comercial.
DINÁMICA FAMILIAR - A VECES COMPLEJO, A VECES NO
Puede ser tentador pensar qué hasta que un niño sea capaz de hablar claramente, estos no son capaces de percibir lo que sucede a su alrededor, pero este no es el caso. Desde su niñez, observarán su mundo social, incluso lo que ven en la televisión. Observarán cómo los hermanos mayores lidian con desacuerdos, lo que ocurre en un parque, y observarán silenciosamente cómo los padres se manejan cuando quieren algo o están molestos. Si crecen en un mundo de violencia y agresión, de golpes, pateaduras y empujones, entonces estos serán los comportamientos que más probabilidades de imitar tendrán los más pequeños.
Las conductas agresivas pueden surgir si existen celos en la familia, por ejemplo, cuando un padre presta demasiada atención a un hermano menor o en el caso de tener una nueva pareja. Puede haber otros problemas familiares a la base, pero a veces los niños continúan siendo agresivos, simplemente porque anhelan atención. Vivir en familia significa ser parte del equipo; algunos niños tardan más que otros en comprender que no son el centro del universo.
Cualquiera sea la razón: la biología, la experimentación, la imitación de lo que han visto o el sentirse frustrados porque no tienen el lenguaje necesario o las habilidades para resolver problemas; la crianza efectiva no significa agitar una varita para resetear la personalidad de un niño. Lo que queremos hacer es guiar el comportamiento del niño en la dirección correcta y enseñarle mejores formas de hacer las cosas.
Por lo tanto, eso significa, por ejemplo, convertir el comportamiento agresivo en un comportamiento más asertivo que no involucre lastimar a los demás. Los niños inevitablemente se van a ver involucrados en situaciones que encuentran frustrantes: por ejemplo, quieren jugar con cierto juguete, o en los columpios del patio, o en la computadora, pero es el turno de otra persona.
Aprender a manejar el comportamiento infantil se trata realmente de ayudar a los niños a aprender habilidades sociales y autorregulación. Entonces, en este contexto, eso significa que como padres queremos enseñarles que, en vez de darse por vencido o decir “es mi turno” y luego golpear o empujar, pueden pedirle a las otras personas, de manera asertiva y no agresiva.
COMIENCE LO ANTES POSIBLE SI PUEDE
- Tenga algunas reglas familiares básicas y simples como “las manos y los pies para si mismo”. Los niños deben crecer sabiendo que golpear es simplemente no aceptable: puede estar molesto, puede estar una situación incómoda, pero no está bien atacar y lastimar.
- Cuando enseñe a los niños estas nuevas habilidades y comportamientos, preste atención. Si un hermano mayor provoca a uno más pequeño, enséñale que en lugar de atacar verbal y físicamente al hermano mayor, puede hacer otra cosa, por ejemplo, pedirle al mayor que deje de burlarse o simplemente irse a otro lugar a jugar. Recompense a su hijo con elogios si intentan una de estas nuevas formas de lidiar con el conflicto.
MIENTRAS ANTES MEJOR, PERO INCLUSO LOS NIÑOS GRANDES PUEDEN APRENDER
Lo ideal es que los padres sean apoyados para desarrollar habilidades y estrategias, con el fin de manejar de manera efectiva el comportamiento infantil agresivo cuando ocurre por primera vez.
Los niños mayores, que han tenido años aprendiendo a ser agresivos, pueden ser más difíciles de cambiar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los niños mayores son muy capaces de aprender nuevas habilidades sociales, tales como ser asertivo en lugar de agresivo.