A la edad de los 17 a los 18 años, la gente joven puede variar enormemente en su preparación para comenzar la siguiente etapa de sus vidas.
Este es el momento cuando los hijos comienzan a emprender su propio camino. Sin embargo, si los padres permiten que sus hijos tranten su hogar como un hotel, esto no les ayuda a prepararse para su vida futura.
También, es importante darse cuenta que después de todos los exámenes y las celebraciones post-escuela, que el adolescente tal vez necesite tomarse un tiempo para hacer una pausa antes de comenzar la siguiente etapa de su vida.
En realidad, no siempre se puede controlar lo que los hijos quieren hacer después, pero si se les puede dar un consejo para ayudarlos a que hablen sobre sus planes u opiniones.
Los padres pueden ayudar a los hijos a encontrar las respuestas a las preguntas que puedan tener y estar preparados para apoyarlos de manera práctica si es que están buscando un empleo, si se quieren mudar de casa o si están tratando de equilibrar un trabajo de medio tiempo con los estudios.
Los padres deben asegurarse de no intervenir emocionalmente ni de manera excesiva en las decisiones de sus hijos o ser muy controladores. Sin embargo, eso no significa que el papel parental de los padres se detenga con el desarrollo de la independencia de los hijos adolescentes.
También los padres pueden ayudarle a sus hijos a desarrollar uno o dos planes de contingencia por en caso de que su primera opción no funcione y recordarles que en la vida no hay un sólo o un único camino para el éxito. A veces, estos planes de contingencia pueden resultar mejor que lo que se había esperado.