Hasta hace algunos años, el acoso ocurría principalmente en el patio de la escuela. Sin embargo, hoy en día puede llegar a nuestras casas a través del teléfono, los correos electrónicos y las redes sociales. Para los padres y los adolescentes esto puede ser difícil de manejar.
Se recomienda que los padres estén disponibles para sus adolescentes con el fin de que juntos puedan manejar estos temas.
Es importante que los padres no sientan pánico, ni se sobresalten. Por ejemplo, algunos padres pueden querer eliminar de inmediato el acceso a lo que ven sus adolescentes, lo que en la mayoría de los casos suele ser algo extremadamente importante como: el teléfono, el acceso al internet o al computador.
Los padres pueden tratar de evaluar lo que está sucediendo y el impacto que esto tiene en el adolescente. Se recomienda monitorear cuidadosamente cómo el adolescente está reaccionando emocionalmente.
Si el adolescente no se ve muy preocupado, los padres pueden continuar monitoreando las cosas por los próximos días. Tal vez el adolescente no está consciente de una posible reacción en cadena, sobre todo cuando se distribuyen mensajes que pueden avergonzarlo frente a otras personas.
Si el adolescente está angustiado y claramente molesto, es importante apoyarlo. Tratar de estar con él o con ella emocionalmente para que sepa que cuenta con el apoyo de sus padres y que están ahí para ayudarlo.
Es muy probable que el acoso venga de un compañero o de otro adolescente. Se recomienda informar a la escuela al respecto. Por lo general, las escuelas tienen políticas establecidas para cómo manejar los episodios de acoso.